Con 20 años de funcionamiento, el Centro Regional de Estudios y Educación Ambiental, (CREA), se ha posicionado como un ejemplo de colaboración científica entre distintas áreas de la ciencia, realizando un trabajo mancomunado entre las ciencias exactas y las ciencias sociales que tienen como fin el cuidado y respeto por el medioambiente desde la formación académica de los estudiantes.
A fines de los 90s, un grupo de académicos liderado por el Profesor de Biología, académico de la Universidad de Antofagasta y PhD, Carlos Guerra Correa, llevaron a buen puerto una idea que les venía dando vueltas durante años, la de crear un centro de estudios que tuviera diversas aristas de acción para promover la docencia de pre y post-grado, la investigación científica/tecnológica y la vinculación Universidad–Sociedad, en el área de las ciencias y de las tecnologías medioambientales.
El Centro se define como un organismo y gestión porque busca poner en funcionamiento las potencialidades de la universidad en el campo ambiental a través de un canal de comunicación de doble vía entre el medio externo y los grupos de investigación vinculando a estos con las demandas de estudios y otros requerimientos que existan en el medio externo, sea este: político, administrativo estatal, institucional independiente o empresarial.
Entre sus principales funciones destacan: Gestión y ejecución de proyectos de investigación en el área de la biodiversidad, medio ambiente y desarrollo sustentable; Gestión y ejecución de proyectos de educación, capacitación, transferencia de tecnologías, en las áreas del medio ambiente y desarrollo sustentable. (Proyecto Educación Ambiental para la protección de la biodiversidad del Fondo de Protección Ambiental, proyecto desarrollo del turismo de intereses especiales en las comunidades locales). Vinculación universidad empresa, para la protección y manejo de la biodiversidad. Funcionamiento del Centro de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre; Apoyo a esfuerzos comunitarios en capacitación, Vinculación universidad con organización sociales y organismos no gubernamentales entre otros.
El director del centro, el académico e investigador Carlos Guerra Correa, conversó con Explora Antofagasta sobre el origen del CREA y el contexto en el cual se forja:
CG: La historia de cómo surge es bien compleja, en aquellos años de la dictadura, el tema ambiental era prácticamente prohibido, es decir quienes hacíamos labores de cuidado medioambiental, éramos considerados eco-terroristas. Por tanto fue bien complejo en el inicio, pero sentíamos que las universidades del país tenían que jugar un rol fundamental y jugársela por la temática medioambiental. Por entonces ya estaba la semilla instalada en otras universidades sobre mantener el cuidado por el medioambiente. De a poco comenzamos a participar en algunas organizaciones para poder mantener viva esta actividad educativa. Luego viene la democracia y cambian las estructuras universitarias, pudiendo elegir al rector y permitiendo a los académicos participar en ciertas decisiones. Es ahí cuando activamos un grupo de académicos con el cual empezamos a tener conversaciones periódicas sobre el tema del cuidado medioambiental, cultivando esta idea. Nos dimos cuenta que este esfuerzo se repetía en otras casas de estudios así que a partir de ahí logramos tener reuniones inter universitarias respecto del rol de las universidades en estas temáticas. Nos fuimos consolidando con el correr del tiempo y cuando aparecen los programas MECESUP (programa de mejoramiento de la calidad y la equidad en la educación terciaria), hacemos el planteamiento al Ministerio de Educación y ganamos con la propuesta que presentamos.
¿Profesor, básicamente qué fue lo que plantearon?
CG: Básicamente que no podemos seguir formando estudiantes, futuros profesionales en el país, sin que tengan incorporado en su formación la temática ambiental. Ese fue el llamado de este proyecto, la incorporación de valores, de posicionamiento emocional, porque el tema técnico lo puede manejar cualquiera sin siquiera entrar a la universidad, es un tema de valores de algo afectivo frente a una temática. Eso lo hacía complejo de entender pero lo hacía más universitario. Es decir la casa de estudio tiene que jugar un rol decisivo. Por eso le propusimos al MINEDUC la incorporación de estos atributos en todos los estudiantes que formamos para que sean profesionales de futuro, tengan una mirada más amplia y puedan entender la problemática y ser parte del contingente que lucha en beneficio de la solución.
¿Cómo se logra incluir esto en los programas de estudios y mallas curriculares de carreras no tradicionalmente afines a estas temáticas?
CG: Algunas personas más orientadas al negocio dijeron, “mejor creamos nuevas carreras que tengan un rol ambiental” y como el tema era emergente se aseguraban un buen negocio. Pero nosotros decíamos que ese no era el tema, no necesitábamos un ingeniero ambiental, o un químico ambiental. Por ejemplo, las empresas quieren un ingeniero que les solucione los problemas desde el punto de vista de la ingeniería y para el tema ambiental necesitas a cualquier profesional que tenga un enfoque, una visión y desde distintas perspectivas profesionales, pueda surgir más arriba y tener una visión ambiental. Haciendo ese análisis concluimos que lo que se necesita es deshacer la mirada reduccionista que tiene un profesional.
Por poner ejemplo, los biólogos creen que es un problema biológico, los abogados que es un tema de regulaciones, los químicos dicen que hay que cuidar la producción cuidando otros aspectos, y así cuando se sientan todos a conversar no se entiende. Nosotros quisimos modificar esa mirada reduccionista y especialista de cada profesión, buscar un profesional que sepa de lo suyo pero que arriba tenga un árbol lleno de entendimiento de; cómo funciona el tema legal, el tema biológico, el tema bacteriológico, el tema social, en fin todo aquello que tenga que ver con el tema ambiental. Entendimos desde temprano que esto es transversal, no hay ninguna especialidad que se deba atribuir esto como propio. Lo que más debe entender el profesional son valores del porqué debemos preocuparnos por esta temática. Así que dijimos, no vamos a crear ninguna carrera pero queremos que los estudiantes de todas las carreras que ya existen en la universidad puedan acceder a una formación complementaria y puedan recibir este paradigma. Entonces, avanzamos desde lo mono disciplinario, pasamos lo multidisciplinario hasta llegar a lo transdisciplinario. Es decir realizar un tránsito entre las distintas disciplinas. Así que tomamos la decisión de sacar un pos título, pensamos donde insertarlo y nos dimos cuenta que todas las carreras tenían ramos electivos, de formación general, etc. Y dijimos: por qué no ponemos ahí estas asignaturas, ofrecerlas para que los estudiantes puedan elegir. La universidad le reconoce esto y se le pone una nota y una vez terminada su carrera si ha cursado 4 de los ramos que nosotros como CREA dictamos, se les reconoce como postítulo, pues hay una dedicación anexa a lo que está haciendo.
Otro ámbito es la formación académica que tiene que ver con el deseo de ser parte de este esfuerzo para cumplir con estos objetivos. Pudimos conformar un equipo académico de muchas profesiones y disciplinas para seguir en la línea de lo transdisciplinario, para poder enseñar estas temáticas. A algunos de ellos les dimos la posibilidad de ir a estudiar a otros países en donde esto está mucho más avanzado que acá para obtener más conocimientos y transmitir de vuelta lo aprendido. También trajimos a especialistas a dar conferencias, charlas y enseñar los avances que esos países poseen en estas materias.
La otra pata que pudimos generar es el puente entre la universidad y la sociedad en las cuales distinguimos entre autoridades políticas y gente que toma decisiones, después las organizaciones no gubernamentales que puedan ser de distinta índole como son los pobladores y vincularnos con ellos. También con los responsables del desarrollo que son los inversionistas, ellos son parte de la sociedad y por tanto de nuestra interacción, finalmente el CREA pasa a ser un puente vinculante entre la universidad y la sociedad en las temáticas ambientales resultando bastante exitoso, siendo invitados a través de nuestros académicos y especialistas en cada mesa de trabajo que surja en lo social y lo político. Afortunadamente tanto la autoridad política, como la universitaria lo acogieron de buena manera permitiéndonos permear al resto de la universidad y la sociedad.
15 Marzo, 2022
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