Por Sacha Razmilic, ingeniero comercial y pre candidato a alcalde de Antofagasta
Si bien para algunos la discusión de la ley corta de ISAPRES pareciera algo solo para la elite, es un hecho que afectará también fuertemente a los usuarios del sistema público, entre ellos las familias que usan la Atención Primaria de Salud, de gestión municipal. Los CESFAM de Antofagasta están actualmente desbordados por el alto número de migrantes que han llegado a nuestra ciudad en los últimos años, siendo particularmente críticos los tiempos de espera de las consultas de especialidades. La falta de espacio en los CESFAM no permite habilitar nuevos box de atenciones y la cartera de proyectos actualmente en evaluación son más bien ampliaciones y no contempla la construcción de nuevos Centros. Además, tal como ha aparecido ante la opinión pública la situación de malos tratos en recintos educacionales, a diario el sistema de salud es escenario de tensión y roces entre funcionarios y usuarios, agravando la salud mental de sus equipos, que ya venía deteriorada desde la pandemia.
Ante este complejo escenario, un eventual colapso del sistema de Isapres, solo empeorará las cosas. La llegada de nuevos usuarios que, no teniendo una aseguradora que amortigüe los costos de la atención en forma particular, migrarán al sistema público municipal y hospitalario, aumentará aún más la presión sobre los funcionarios y la infraestructura de la salud primaria. Si los recursos son insuficientes en la actualidad, el escenario de una caída del sistema privado asoma como una peor pesadilla.
Es de esperar que las autoridades de Salud a nivel central, en conjunto con los parlamentarios en Valparaíso, pongan sus energías para evitar este colapso y diseñen un sistema donde privados y el Estado, colaboren. Lo hicimos para la Pandemia, donde todo el sistema funcionó en forma integrada y pudimos navegar esa tormenta. Podemos salir también de ésta.
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